Histórias e opiniões sobre política, futebol, ciência e vida cotidiana de um peruano que morou no Brasil e agora mora em San Antonio. USA
sexta-feira, 9 de dezembro de 2011
Una sociedad racista se queja de racismo
Un muchacho abandona la función del cine para ir al baño. Cuando retorna a la sala, es impedido de entrar, porque no tenía su ticket, porque se dice que no se le entendió lo que hablaba, que no se explicaba bien. El administrador del establecimiento afirma que fue una confusión, que el muchacho no se le comprendía, que no hablaba bien, que hubo cambio de personal, etc. Detalle: la persona de la cual escribo estaba vestido con ropa típica de su región (Cuzco).
Este triste episodio, pero más común de lo que muchos piensan, fue uno de los temas más comentados hoy viernes 12 de diciembre en el Perú. Y fue un escándalo porque sucedió con 2 características bien radicales: en uno de los lugares más modernos y caros de Lima como es Larcomar y con una persona del interior del país. Después de escuchar al infeliz, poco profesional y oligofrénico del administrador del cine (http://elcomercio.pe/lima/1345575/noticia-denuncian-supuesto-acto-racismo-sala-cine-miraflores) , que intentó defender los intereses del establecimiento alegando una confusión, es fácil de entender que nuestra sociedad es más racista que los que esclavizaban 200 años atrás. Como es posible que alguien que se dice representante de una empresa, supuestamente formado, profesional, que pisó universidad, pueda afirmar frases como: “el chico no sabía ni hablar”, “es bien tímido, como un provinciano” o “el chico este no hablaba bien el español”. Este ridículo sujeto pinta de cuerpo entero lo que es nuestra sociedad. Nos horrorizamos por este episodio en Miraflores, cuando esto pasa miles de veces por segundo en todo el país.
Como la gente se puede ofender con lo que pasó en Larcomar, cuando en el Perú los insultos más usados son: cholo, indio, negro, provinciano o serrano de mierda. Me respondan, COMO! Este mal nos dejaron los conquistadores españoles y a pesar que, 98% de los peruanos tenemos rasgos incas, entre peruanos vivimos nos insultando y avergonzando de algo que nos debería llenar de orgullo como es que en nuestra venas corre sangre inca.
Es tan alarmante ese racismo enquistado en nuestra sociedad, que en las pocas comunidades que todavía se habla quechua, los niños y los adolescentes no quieren hablar más la lengua de sus padres, porque les AVERGUENZA debido a que otros jóvenes se burlan de ellos por el hecho de no hablar español. En cuanto países como Nueva Zelandia, intenta recuperar la identidad perdida, invirtiendo dinero para que todos los alumnos en la escuela hablen el lenguaje nativo (Maori) que casi se pierde, en el Perú, el quechua agoniza, los mismos peruanos lo estamos matando porque nos da vergüenza. Mientras en Brasil, las personas se sienten orgullosas de su dejo, de su acento regional, la mayoría de peruanos quiere imitar el acento limeño, y lo que es peor algunos acentos de afuera como el argentino o mexicano.
Lo acontecido en Larcomar es lamentable, aquellos animales que maltrataron a ese chico deberían perder su empleo, aquel administrador por sus comentarios idiotas (y todavía defendiendo a la empresa!!) aparte de ser despedido, debería volver a la escuela primaria para aprender a hablar correctamente y hacer 500 horas de servicios comunitarios en la comunidad de Qeros del Cuzco para ver si así entiende a personas de otras regiones del Perú. Pero este acontecimiento es un grano de arena de lo que pasa día a día en el Perú, en la combi, en la calle, en el trabajo. Basta ya de discriminación y racismo, que son actitudes retrógradas y cojudas. Fuerza Perú, un día desterramos estas enfermedades llamadas racismo y discriminación.
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