sexta-feira, 3 de dezembro de 2010

Cuando los hermanos se encuentran – Quando os irmão se encontram

Desde que nací tengo suerte. La vida fué tan amable conmigo que me dió un hermano mellizo y pude dividir mis alegrias, mis juegos y mis tristezas con mi inigualable hermano Aldo durante mi niñez y mi adolescencia. Y realmente todo se duplica, las conquistas de él son mías, con sus problemas sufro y cuando gana Perú sentimos como si el gol valiese el doble. Apesar que hace años vivo lejos de él, cuando nos encontramos es siempre especial.



Pero la vida fué más alla y quiso darme más hermanos, no de sangre, sino personas que conoces en tu vida que se vuelven tus amigos y se inmortalizan como hermanos. Es la cima de la amistad, del compañerismo, de la pateria. Cuando un amigo se transforma en tu “pata” es simplemente para siempre.
Pocos dias antes de irme a vivir a los Estados Unidos, estaba escribiendo un mail en el yahoo y como nunca recibí un mensaje en el messenger de este (el cual nunca uso) y era de mi brother Giancarlo Maldonado.



Giancarlo juntamente con el Chino Kau, fueron mis mejores amigos durante la época del pregrado en la Universidad y nos hicimos inseparables. Siempre tuvimos pensamientos diferentes y al final de la fase universitaria esos ideales opuestos y algunos desentendimientos nos distanciaron, que acontece mucho cuando vamos cambiando de fases en nuestras vidas. Años después, me llamó y me dijo que se iba a vivir a EEUU, nos reunimos para rememorar viejos tiempos y enrumbó para una nueva vida. Raras veces entramos en contacto hasta ese dia que me encontró en el yahoo. Conversamos rapidamente y le conté que iba para San Antonio. No demoro la oportunidad y el pasado dia de Acción de Gracias que es feriado por aqui, organizamos las cosas para que él y Jessica (su esposa) nos vengan a visitar. Y pasamos un excelente feriado. Y es que cuando dos hermanos se encuentran, solo hay espacio para la alegria, para las chelas y para recordar viejos tiempos. Inmediatamente cualquier problema que tuvimos antes e interrumpió esta hermandad, desapareció.


Estoy muy feliz con el éxito que tiene y se lo merece porque la vida entera luchó por eso. Fue la misma alegria que sentí cuando me encontré con mi pataza Hernan en Roma, con mi brother Jose Luis en Natal, o con meu irmão Anderson también en Natal. Cuando te encuentras con un pataza después de años, parece que lo hubieras visto ayer. “habla huevas!”, “como estás cabrón!”, “daí bixinha!!”.







Con un hermano no necesitas hablar todos los dias. Necesitas saber que está bien y que le va bien, y si te necesita estarás allí. Y en el futuro, sentiré la misma alegria y será motivo para abrir unas (todas) chelas cuando me encuentre con ellos de nuevo y con mis otros hermanos Glauber, Renatão, Fernando o mi nuevo hermano el inconfundible Glaubinho.
Un verdadero amigo es dificíl de encontrar, un “pata” (hermano) es casi imposible y gracias a la vida, yo tengo varios patas...

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